La revista Histoires Littéraires publica el artículo Paris est dégueulasse (París es un asco), un texto inédito hasta la fecha en el que Boris Vian denuncia "la falta de oxígeno, consumido por los coches" fechado en 1958.
"Ya se sabe dónde nace el aire de París: nace en unos millones de cilindros alimentados con carburantes fétidos que corren en las calles, distribuidos por tubos de escape de esos vehículos ridículos llamados automóviles". Boris Vian, quien siempre jugó con el sentido de las palabras para denunciar las injusticias y la guerra, establece un verdadero programa para "salvar" la capital francesa y las ciudades ¡¡en 1958!!: prohibir en todas las ciudades de más de 5.000 habitantes usar coches que no sean eléctricos y considera obligatorio conservar al menos 20 metros cuadrados de espacio verde por persona.
Desde la ironía Boris nos deja este cha-cha-chá futurista La complainte du progrès que en nuestro Cabaré de caricia y puntapié interpretan maravillosamente Lulú y su abuela en ¡Qué asco de progreso!
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