martes, 21 de diciembre de 2010

6 FUNCIONES ÚNICAS

Terminamos el Año del Max y nuestras primeras funciones en 2011 serán para el público porteño.
Aprovechamos para desearos que el año 2011 esté lleno de éxitos
Estaremos en la sala El Cubo (Zelaya 3053) del barrio del Abasto en Buenos Aires.
Las fechas son:
Viernes      14 de enero   20:30h
Sábado      15 de enero   21:00h
Domingo    16 de enero   19:00h
Viernes      21 de enero   20:30h
Sábado      22 de enero   21:00h
Domingo    23 de enero   19:00h
y las entradas las podéis adquirir a través de Tuentrada.com o en la boletería de la sala.



A todos los que nos seguís y apoyáis, queremos poner a vuestra disposición todas las ventajas y por eso hemos creado la página http://www.facebook.com/Cabaredecariciaypuntapie  donde iremos publicando las fechas y, siempre que sea posible, descuentos y oportunidades. 

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Entrega de premios en El Burgo de Ebro

Toda una convocatoria ineludible se nos presentaba a Carmen y a mí (Jorge) en el pueblo aragonés de El Burgo el sábado 27 de noviembre. Allí se nos quería rendir un pequeño homenaje aprovechando la clausura del VII Certamen de Teatro Aficionado de El Burgo de Ebro. Y vaya homenaje que nos dimos todos los que allí estábamos.
La excusa era recibir una mención por haber ganado un Max con nuestro Cabaré y en líneas generales nombrar la trayectoria de la compañía El Gato Negro como ejemplo de trabajo y calidad en todos sus años de historia. No faltó Antonio González, director del Centro Dramático de Aragón, que nos hizo de puente y de amigo una vez más y por supuesto nuestro Hernán Romero. La cita la firmaba Antígona representada por el grupo de teatro de El Burgo-Destormar: una heroína moderna y contundentemente vivida por Ana Cris Colera (la responsable de todo lo que aquella noche pudimos disfrutar). Gracias sinceras, otra vez. 
Nos recibió elegantemente el alcalde que nos condujo a nuestros asientos reservados en aquel pabellón deportivo como improvisado teatro. Todo un honor. El frío no pudo conseguir que nuestros huesos no se conmovieran con aquel espectáculo tan sincero, tan megalómano y tan bien hecho. ¡Tela marinera la vigencia de Antígona! Después el acto de clausura, impecable. Y sin dilación el ágape, los besos, las enhorabuenas, las risas y las fotos. Todo cariño, todo respeto, todo alegría y emoción. Todos nos teníamos ganas y pudimos sentirnos compañeros en el mismo barco. Actores medio cansados, medio exultantes y siempre entregados; muchos meses dejando todo (menos sus oficios) para ir a ensayar, a coser, a pintar, a cargar y descargar, ... Lo que es el teatro, ¡vaya!
Conocimos a Tere, a Javier (que mató a una vaca maja con una bolsa de plástico de Galerías Primero en sus tiempos heroicos), a Francisco, a Carolina, a Laura y su arte (maravillosa), ...y más...me dejo nombres (perdones) pero no espíritus libres, generosos y tremendamente buenos.
La cosa acabó en un karaoke cantándolo todo hasta altas horas. No cuento más, haber venido.
Nuestro pequeño homenaje a El Burgo. Nuestro agradecimiento por lo que allí vivimos y nuestros respetos más sinceros. ¡Gracias!

"El hombre no sabe nada"
Antígona

Jorge Usón (28/11/2010)

lunes, 15 de noviembre de 2010

Cruzar el charco

Viajar a Sudamérica supone para cualquier artista algo más que montarse diez horas en un avión, llegar y actuar. Exponer el trabajo propio en otro país genera el riesgo de enfrentarse a un público desconocido, del que no sabemos sus reacciones.
Si ese lugar además es un referente mundial del teatro en castellano, todavía supone mayor emoción y congoja, pero nadie podría decir que no a semejante oportunidad.
Así es que viajamos a Argentina. En enero presentaremos nuestra obra, Cabaré de caricia y puntapié, en la maravillosa sala de teatro El Cubo (Zelaya 3053). Allí compartiremos cartel con el cabaret por excelencia de Buenos Aires, el de Concha del Río, y con Los Modernos, con los que ya coincidimos en el teatro Arenal durante nuestra temporada en Madrid.
Estaremos actuando los días 14, 15, 16, 21, 22 y 23 de enero.


Viajamos con nuestra almohadita del Max, con muchísimas ganas, ilusión y nervios ante la impresionante propuesta cultural de la ciudad.
Queremos que nos vean y que nos juzguen, queremos gustar, provocar, aprender y volver.
Les esperamos a todos en el teatro.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Gracias sinceras

Nuestro sueño se ha cumplido y todavía no nos hemos despertado. Cual Blancanieves, tenemos un maravilloso atracón de manzana tras recibir la estatuilla del Max al Mejor Espectáculo de Teatro Musical 2010.


Ahora esperamos que este galardón nos permita hacer reir y disfrutar a más gente con este fantástico Cabaré y con futuros montajes que ya estamos preparando con toda la ilusión.
No nos pierdan de vista, esto no ha hecho más que empezar.
Gracias a todos por premiarnos por hacer lo que más nos gusta.




Noticia en el Diario del AltoAragón
Noticia en el Heraldo de Aragón (4/5/2010) y (5/5/2010)
Noticia en El Periódico de Aragón (4/5/2010) y (5/5/2010)

sábado, 1 de mayo de 2010

Soñar con una manzana


La 2 de TVE televisa la gala de los Premios Max el lunes 3 de mayo, a las 22:00 horas. El Cabaré de caricia y puntapié opta a la manzana como finalista en la categoría de mejor espectáculo de teatro musical.
Haber llegado a finalistas es un premio en si mismo, aunque soñamos con llevarnos la manzana a casa.

Competimos contra dos grandes:
JÁCARA TEATRO ha puesto en escena cerca de 40 proyectos teatrales y ha realizado más de 2.000 funciones. No en vano, lleva en marcha desde 1981, siendo una de las compañías veteranas de la escena valenciana. Fue finalista en esta misma categoría en 2008 con el montaje Duty free.
Su propuesta, Por culpa de Yoko, ha tenido críticas buenas y malas (como casi todo). Aquí podéis leer la publicada en la prensa alicantina: Yoko no tiene la culpa. Lo más innovador, su campaña de publicidad a través de videos virales agresivos.

DAGOLL DAGOM es una gran productora fundada en 1974 y toda una experta en esta categoría. Ha sido finalista como Mejor Espectáculo de Teatro Musical en seis ediciones de los premios, de las cuales ha ganado tres, y cuatro veces como Mejor Director Musical, que se llevó con el montaje Mar i Cel, un gran triunfador de la IX edición en 2006. Aloma, su finalista en esta edición, cuenta con diez actores-cantantes y siete músicos en directo más un apabullante equipo detrás, y es un texto premiado y reconocido. (más información)

Y allí nos hemos colado nosotros, con el primer montaje musical de una compañía que comenzó su andadura profesional en 2002.

GATO NEGRO asienta su filosofía en la creación de pequeños espectáculos de cuidadísima factura y alta calidad artística. A veces la generosidad, la libertad y el buen hacer teatral chocan con la industria del espectáculo y su comercialidad, pero esto no ha impedido que la trayectoria de nuestra pequeña compañía haya demostrado que es posible hacerse un hueco respetable en el panorama artístico nacional, como señalan las críticas, premios y recomendaciones profesionales obtenidas. (Aquí podéis leer algunas sobre el Cabaré).

Vamos a la gala sabiendo que es un duelo de titanes, difícil pero increíblemente motivador. Nuestro Cabaré de caricia y puntapié es un texto propio, creación de los dos actores con el director. Es una pequeña joya que sigue puliéndose con la meticulosidad de su director y que regalamos de corazón en cada representación a ese maravilloso público que tan bien nos ha acogido, que sigue sellando uno de los últimos contratos de buena fe que quedan cada vez que compra una entrada.

A todos vosotros GRACIAS por habernos situado entre los grandes.

miércoles, 7 de abril de 2010

Cabaré de Caricia y Puntapié, finalista en los Max


HERALDO. El GatoNegro y la actriz Ana Labordeta, candidatos aragoneses a los premios Max (ver en pdf) 

La Fundación Autor de la SGAE ha dado a conocer los finalistas de la XIII Edición de los Premios Max de las Artes Escénicas, entre los cuales se encuentran la compañía de teatro aragonesa El Gato Negro que opta al Max al Mejor espectáculo de Teatro Musical por ‘Cabaré de caricia y puntapié’. ‘Cabaré de caricia y puntapié’, que se presentó hace un año en el Teatro Arenal de Madrid, ha realizado 70 funciones en diversas localidades españolas, entre ellas Zaragoza,donde se pudo ver el pasado mes de diciembre. Está protagonizado por Carmen Barrantes y Jorge Usón, que coescribieron la historia junto al director, Alberto Castrillo-Ferrer. Este último manifestaba que “llegar a finalistas de los Max ya es un premio en sí mismo, es un orgullo competir con gente como Dagoll Dagom”. Castrillo-Ferrer comentaba que, si se lo dan, va a ser “un premio muy repartido, porque todo el equipo nos lo hemos currado mucho”. Y es que en el ‘Cabaré’, que usa canciones de Boris Vian, Miguel Ángel Remiro es el autor de la música y los arreglos, Blanca Carvajal la responsable de las coreografías, ManoloPellicer de la escenografía y Marie-Laure Bénard, del vestuario. También colaboraron en el montaje José Luis Cano, Carlos Grassa e Isidro Ferrer. Castrillo-Ferrer ha dirigido además‘


ALTOARAGÓN. "Cabaré de caricia y puntapié" opta al Max al Mejor Musical (ver en pdf) 

La compañía de teatro de la actriz oscense Carmen Barrantes, El Gato Negro, opta al Max al Mejor espectáculo de Teatro Musical por "Cabaré de caricia y puntapié", varias veces representado en Huesca.


PREMIOS MAX. La compañía aragonesa ‘El gato negro’ y la actriz Ana Labordeta, finalistas en los Max (ir a la página)

Aragón también tiene su representación dentro del listado de finalistas de la XIII Edición de los Premios Max de las Artes Escénicas. La compañía de teatro El gato negro opta al Max al Mejor espectáculo de Teatro Musical por Cabaré de caricia y puntapié.

La curvatura de la córnea

Escrito por JAVIER LÓPEZ CLEMENTE
Jueves, 10 diciembre 2009

Cabaré de caricia y puntapié  (ir al blog)




La compañía El Gato Negro en coproducción con el Centro Dramático de Aragón presenta, en el Teatro Principal de Zaragoza, la obra “Cabaré de caricia y puntapié”, una tesis doctoral sobre algunas de las canciones de Boris Vian. Un tipo que derrochó ironía y talento es sus facetas de ingeniero, novelista, dramaturgo, poeta, traductor, músico y cantante hasta que murió de un infarto en 1959 a la edad de treinta y nueve años.
Lo han leído bien. El público, pese al cartel anunciador y al espacio donde se desarrolla, disfruta de la lectura de una tesis doctoral, un texto que nació a partir de un trabajo de improvisación del equipo artístico de esta producción, y esa condición lo deja abierto a constantes mutaciones, a pequeños guiños por los que se cuela la actualidad. El espectáculo se construyé sobre una disertación en torno al triángulo isósceles tipo AVV. Los matemáticos enamorados, los registradores de la propiedad y los tesoreros de fincas rústicas ya saben de lo que hablo: Una triada explosiva formada por el amor, la violencia y el vecindario. Una forma geométrica que reúne una decena de composiciones musicales de Boris Vian; traducidas por Alberto Castrillo-Ferrer, director del evento, y arregladas con elegancia por Miguel Ángel Remiro para llevarnos, entre otros, a los terrenos del jazz, del cha-cha-cha y del rock and roll.
Todo esta dispuesto para que el espectáculo universitario vaya más allá de la lectura de unos folios. La gran novedad de la presentación de esta tesis es la utilización del escenario como recurso pedagógico, de esa manera, el entorno cabaretero de bambalinas y candilejas se puebla con los personajes que Boris Vian imaginó para componer sus canciones.
La parte más ortodoxa de la crítica teatral ha dicho que en el comienzo de la función suele producirse un incidente que embarulla el argumento y la trama. No hagan caso. Es cierto que algunas veces las cosas no salen como estaban previstas — vaya descubrimiento pensarán— pero para eso se creó esa máxima que dice: El espectáculo debe continuar, y les aseguro que continúa. Es posible que el día que vayan a ver esta función el orden lógico del discurso se altere, ustedes no lo hagan, relájense en sus asientos y ya verán como todo fluye por el territorio de lo comprensible.
Carmen Barrantes y Jorge Usón serán sus guías, dos camaleones sobre el escenario con la energía y la intención de regalarnos una sinfonía de personajes, dos actores cantantes en constante mutación amorosa, la cara y cruz de ese sentimiento que siempre oscila entre una caricia y un puntapié: Una masoquista, dos carniceros franceses a ritmo de tango y la búsqueda de un aceptable tono académico. Un tío, su sobrino y la bomba atómica. Una abuela, su nieta y el materialismo. Un pijo, un desertor y dos intelectuales a hostias. Una alocada secuencia donde los actores alternan papeles al más puro estilo cabaretero con las coreografías de Beatriz Carvajal para acentuar el humor de las situaciones, y la dificultad de un trabajo vocal, bajo la batuta de Raquel Agudo, que imprime personalidad propia a cada uno de los números musicales.
“Cabaré de caricia y puntapié” es la excusa perfecta para olvidar la melancolía y dejarse mecer por el humor. La receta que estaban esperando contra la gripe estacional: Un puñado de excelentes canciones, dos actores en estado de gracia y el aderezo de la risa.

Opinión: "Cabaré de caricia y puntapié"

Escrito por JOAQUÍN MELGUIZO CANAL
Viernes, 11 de Diciembre de 2009 20:08

Pasen al cabaré
Lugar y día: Teatro Principal de Zaragoza. 9 de diciembre de 2009

Largos y merecidos aplausos se escucharon en un concurrido Teatro Principal a la finalización de "Cabaré de caricia y puntapié", el espectáculo que ha realizado El Gato Negro, en coproducción con el Centro Dramático de Aragón, sobre canciones Boris Vian, artista crítico y polifacético (músico, compositor, novelista, dramaturgo, poeta) que, aunque poco conocido entre nosotros, fue una figura imprescindible de la bohemia parisina de los años cuarenta y se ha convertido en un nombre de culto en Francia.
La propuesta que firma Alberto Castrillo-Ferrer (hace poco dejó una muestra de su buen hacer teatral con su magnífica versión de "El mercader de Venecia") no se limita a tomar un puñado de canciones y aliñarlas con cualquier hilo pseudo-argumental hasta rellenar una hora y media de
espectáculo. Muy lejos de esto, este cabaré de El Gato Negro se sustenta en una compleja e inteligente estructura dramática que se mueve por diferentes planos (el universo de las canciones de Boris Vian, el juego metateatral, la historia de tesis doctoral que vertebra el espectáculo) acompañada con solidez por las coreografías de Blanca Carvajal, el acertado vestuario de Marie-Laure Benard y el diseño escenográfico de Manolo Pellicer que plasma sobre la escena el ambiente cabaretero (candilejas, biombos a modo de bambalinas…) y posibilita el rico juego de movimientos, entradas y salidas, que llenan de dinamismo el espectáculo.
Hay un buen trabajo dramatúrgico (tal vez lo más flojo sea la escena de Colette) que se convierte en cuerpo, palabra y gesto, por medio de una precisa (nada sobra ni es superfluo) puesta en escena muy teatral, con un magnífico manejo del ritmo, con capacidad para sorprender, con ideas, que integra brillantemente trabajo actoral, canciones y coreografía en un todo coherente que convence, comunica, llega y transmite.
Y naturalmente, un sobresaliente trabajo interpretativo (sorprendente Jorge Usón, excelente Carmen Barrantes). Actúan y cantan con seguridad y desparpajo, llenando el escenario, inundando la platea de autenticidad, entregándose en cada uno de los variopintos personajes que se enseñorean sobre la escena. Todos creíbles, todos entrañables, todos reconocibles,
todos tocados por la magia del teatro. Una propuesta de calidad y llena de
diversión. Imprescindible.

Joaquín Melguizo Publicado en Heraldo de Aragón, 11 de diciembre de 2009 (ver en pdf)

Humor en la vanguardia

Escrito por JOSE SANCHEZ MENDOZA
Martes, 3 de febrero de 2009

Escena. El Gato Negro lleva al Teatro Arenal 'Cabaré de caricia y puntapié', basado en las canciones del controvertido Boris Vian
Lugar y día: Teatro Arenal (Mayor, 6). Del 3 al 28 de febrero. De miércoles a sábado: 23.00 horas.

Ignoto en nuestro país, Boris Vian es al mundo de la cultura lo que Leo Bassi al de la escena: un puñetazo en el estómago, una fuerza de la naturaleza brutal y pendenciera. El terror de los tabúes. Ingeniero, cantante, escritor, poeta e inventor, este Da Vinci underground no se andaba con chiquitas en sus obras: zoofilia, masoquismo y violencia eran habituales en canciones, poemas y novelas. En general, este hombre se chupaba los dedos con todo lo que fuera susceptible de escandalizar a la Francia de los 40 y 50, un horno de ideas que, después del desgarro del colaboracionismo, estaba para pocos bollos.
Ahora, medio siglo después de su muerte, se estrena en Madrid el Cabaré de caricia y puntapié, un viaje a través de su legado musical en forma de fábula coral con 16 personajes y sólo dos actores. Amor, violencia, humor y causticidad se dan la mano en esta producción de la compañía El Gato Negro. Y todo en un diminuto escenario de tres metros cuadrados. Se da la circunstancia de que el espacio que ocupa el Teatro Arenal, que acoge la obra, dio cobijo en su día al difunto Salón Rex, impulsado por Azorín para introducir las vanguardias escénicas en Madrid. En muchos aspectos, Cabaré de caricia y puntapié fue, y es, pura vanguardia. «Es una obra provocadora que sigue la estela de su fuente de inspiración, que fue el paradigma del desafío a las convenciones», señala el director, Alberto Castrillo Ferrer, «todo lo hilvana una historia que no podemos desvelar. Sólo puedo decir que haremos un viaje fantástico cabalgando en las canciones de este genio».
El reparto se reduce a dos intérpretes que, de entrada, sorprenden por su disparidad física. El cuerpo de Carmen Barrantes se antoja liliputiense al lado de la rotunda anatomía de Jorge Usón. Ellos son Doris y Boris, maestros de ceremonias de un circo bohemio que se aprieta un poco más y no respira. «Supone todo un reto dar vida a 16 personajes en un espacio tan pequeño. Además, nos atrevemos a cantar. Aquí, sin embargo, el tono vocal se adapta a la personalidad de cada personaje. No esperéis que hagamos gorgoritos como barítonos», advierte ella. Los más que probables gallos, justificados están. El, por su parte, está convencido de que, «a pesar del tiempo transcurrido desde que Vian escribió las canciones, la ironía y la profundidad que exudan son perfectamente trasladables al presente».
El equipo proclama casi al unísono que este cabaré superconcentrado funciona como evasión, pero también como diversión inteligente, que invita a la reflexión y anima a la crítica. Y no se preocupen, que no tendrán que dejar a los niños en casa de sus abuelos. Sobre la base de este enfant terrible, se ha edificado una obra apta para todos los públicos. Como lo oyen. «Es un espectáculo cercano, con sus momentos de ternura, del que se pueden sacar muchas enseñanzas. En anteriores representaciones, hemos hecho disfrutar por igual a niños y abuelos». Edad indicada: de cero a 99 años, ambos inclusive. Provocación y machacamiento de convenciones y dogmas a través de la música.

José Sanchez Mendoza Publicado en El Mundo, 3 de febrero de 2009